El estres puede matarnos...

El insomnio y yo

Siempre he sido un tipo full estresado pero a los niveles que llegue el año pasado fueron críticos y es que pasar de estar trabajando por casi once años sin parar, en donde siempre fui responsable de mis cosas a estar sin empleo a la espera de sacar los papeles para poder trabajar y esperando a que alguien me diese una oportunidad pues fueron momentos días bien dificiles.

Ya ni recuerdo cuantos meses pasaron pero la verdad que llegue a sentirme enfermo y hasta loco. De no ver casi televisión pase a no perderme todo los días las repeticiones de Friends, Two and half men y demás series que me encantaban pero que llegue a sabermelas de memoria. Hasta establecí un horario en donde todos los martes no podía perderme los programas de cazadores de fantasmas de Syfy, no me perdía ningún partido que trasmitiera ESPN sin importar la liga que fuera y vi por primera vez la Copa América completica.

Empecé a tener un insomnio demasiado arrecho y para conseguir dormir solo me servía escuchar música con mi celular por varias horas, lo que hacia que algunos días me levantara tardisimo el día siguiente sin tener ganas de nada. Muchas veces me sentí mareado, llegando a pasar hasta una semana sin poder salir porque cualquier movimiento brusco que hiciera me desequilibraba por completo.

Y es que es difícil de explicar lo que sentí al darme cuenta de que a pesar de ser una persona capaz, de mi experiencia en importaciones, exportaciones y el jodido Cadivi, que aquí en Panamá vale verga pues no sabia mas nada que pudiera producirme algún ingreso, es decir, no podía agarrar un día e irme a una construcción a pedir trabajo porque no se nada de albañilería, no podía ponerme a hacer servicio técnico de computadoras porque no se todo lo que se necesita para eso. Y cada día se me martillaba en la cabeza el recuerdo de mi viejo tratando de que compartiera con el cuando arreglaba las cosas de la casa o los carros y que viese como hacia las cosas, pero yo siempre renegando no aprendí nunca un carajo y ahora eso me explotaba en la cara.

A pesar de todo, pues no me daba por vencido totalmente y me postulaba para empleos, enviaba mi currículum y el hecho que me llamaran a entrevistas me daba fuerzas porque sabia que si veían en mi el potencial para trabajar, pero todo se estrellaba con la falta de permiso de trabajo.

Llegue a deprimirme mucho en ese tiempo, a pasar días en donde solo me mantuve gracias a mi Ale que nunca se rindió y siempre tuvo una sonrisa para mi a pesar de tener encima el peso de todo y de calarse mis mal carácter a causa de la situación. Dios me bendijo al ponerla en mi camino porque no había conocido a una mujer tan valiosa y con tantas habilidades y fuerza para salir adelante.

Dios también puso en mis suegros panameños, ese par de ángeles que me dieron la oportunidad de encargarme de su negocio y sobretodo de volver a sentirme útil, además de financiarme mi permiso de trabajo ese que una vez tuve me abrió las puertas a un mundo de posibilidades que llegaron a mi transformándose en un nuevo empleo, algo que siempre había buscado, el mundo de las compras internacionales y que pude conseguir al fin aquí en Panamá. La verdad no se si habrá forma de pagarles la ayuda que me dieron, pero haré todo lo posible para no fallarles nunca.

Ahora aunque suene trillado, "el cielo es el limite"